Conferencia de Lucrecia Ensenat Benlliure. Concierto. Obras de R. Chapí, M.
Fernández Caballero, A. Saco del Valle, R. Taboada y T. Bretón. G. Londoño,
soprano. A. Tonna, mezzosoprano. E.
Romero, piano. Instituto Internacional, Madrid. 18 de mayo de 2017.
Dentro de seis meses, concretamente el 23 de noviembre
de 1867, se cumplirán los primeros 150 años del nacimiento de la gran cantante
española Lucrecia Arana, uno de los nombres señeros de nuestra zarzuela, voz privilegiada,
e intérprete de muchas de las grandes zarzuelas de los últimos años del siglo
XX y los primeros del XXI.
Con este motivo y como
adelanto de otras actividades organizadas por la Fundación Mariano Benlliure y
el Gobierno de la Rioja, se ofreció una interesante velada en la que tuvimos
ocasión de conocer una breve, aunque completa. biografía de la cantante,
pronunciada por su bisnieta, y degustar
una decena de temas musicales en los que la riojana dejo constancia de
su magisterio. Zarzuelas como La guardia
de honor, Gigantes y cabezudos, El cabo primero, La indiana, La viejecita, El
diablo en el molino, La cariñosa, Château Margaux y una simpática canción
de Manuel Fernández Caballero titulada La
riojanica.
El concierto estuvo protagonizado
por la soprano Gloria Londoño y la mezzosoprano Anna Tonna, que forman el dúo
Líricas del Mundo, acompañadas al piano por Elías Romero. El programa dio
ocasión al público de escuchar algunas de melodías muy conocidas del repertorio
zarzuelero y otras totalmente novedosas, lo cual es muy de agradecer a los
intérpretes que se toman el trabajo de buscar, estudiar e interpretar páginas
que no merecen estar en el olvido. Es el caso del dúo de El diablo en el molino, partitura de Rafael Taboada, del tema “Pobre
flor trasplantada” de La indiana, de
Arturo Saco del Valle, de la romanza “Pensamiento mío”, de La cariñosa, de Tomás Bretón, o de la canción con aires de jota d La riojanica, ya citada.
Tanto de manera aislada
como juntas, las dos cantantes gustaron al público que las aplaudió con
entusiasmo y dieron muestra de su potencia vocal, ayudadas por la sonoridad del
local, que en algunos momentos dificultó un poco el entendimiento del texto
cantado. Gloria Londoño, cantó con emoción la romanza de la carta de Gigantes y cabezudos, y con gracia el
vals de Château Margaux.
La estadounidense Anna
Tonna me sorprendió por su excelente dicción en castellano (luego supe que su origen es hispano). Cantó con vibrante
acento La riojanita y con cierta
intencionalidad la romanza de La
viejecita. Ambas cantantes poseen un
amplio registro, y agudos seguros y poderosos. Elías Romero, pianista
madrileño, acompañó con corrección e interpretó, a solo, la mazurca de La viejecita.
En resumen, atractivo e
interesante concierto, pórtico de las celebraciones encaminadas a recordar la
figura de la gran Lucrecia Arana. Nos hubiera gustado escucharlo con un volumen
algo menor, pero en general fue una velada interesante y atractiva.
Vidal Hernando.
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