MEDITACIONES SOBRE EL QUIJOTE

Obras de A. Nakabayashi, S. Pastor, P. Tóth, E. Marchelie, H. Reutter, F. Fleta Polo y M. Camacho.

Giuliano Belotti, guitarra. Guerassim Voronkov, viola. Amparo Lacruz, violonchelo. Columna Musica. CD. 

Tercer volumen de la colección “Música y Cervantes” (los dos primeros fueron “Don Quijote al piano”, obras de Martínez Torner, E. Halffter, Gerhard y Korngold, interpretadas por Ana Vega-Toscano, y “Canciones para Don Quijote”, páginas de Vives, Obradors, C. del Campo, E. Halffter, Palacio0 Nin-Culmell, Balada, López de la Rosa y Comellas, cantadas por Elena Gragera, mezzosoprano con la colaboración de Antón Cardó, piano y Agoba Fanlo, violonchelo).

Este disco tiene como protagonista a la guitarra en base a siete composiciones de distinta procedencia y diferente planteamiento estético. La primera obra es La marcha de Don Quijote, del japonés Atsumasa Nakabayashi (1927), que presenta curiosas e infrecuentes sonoridades con efectos de percusión para una música de ambiente popular en la que destaca una melodía central evocadora y un final muy popular rasgueado. Como contraste, La Mancha de Don Quijote, página de 1978 firmada por el español Segundo Pastor (1916-1992), de carácter romántico y escritura guitarrística clásica, en sus tres movimientos: una meditativa “La llanura del caballero”, un suave “Nocturno. Don Quijote velando las armas”, a base de armónicos y una vistosa y animada “Danza de Dulcinea”.

Peter Tóth, músico húngaro, nacido en 1965, compuso en 2001 una Serenata de Don Quijote, que mediante una escritura que en nada altera el carácter del instrumento, crea una cierta tensión dramática, aunque en algunos momentos resulta, por así decirlo, más “descriptiva”.

De acuerdo con su título, los Cinco caprichos sobre Cervantes, del alemán Hermann Reutter (1900-1985), retratan a los tres principales protagonistas de la novela (Don Quijote, Sancho Panza y Dulcinea) y dos episodios contrastantes de la misma: a “Lucha de los molinos” y “La muerte”.

El otro compositor español presente en la grabación es Francisco Fleta Polo (Barcelona, 1931), que ha dedicado varias obras al héroe cervantino. La que aquí presente es El caballero andante desfacedor de entuertos, de 1978, se estructura en tres movimientos: 1-“Don Quijote y Rocinante por Tierra de Campos”, en el que destaca un ritmo insistente; 2-“Requiebros a Doña Dulcinea”, pieza muy armónica, y 3-“Sancho, el fiel servidor, en la Ínsula Barataria”, que presenta varios temas contrastantes entre sí.

EL CD se completa con Don Quijote y Dulcinea, del francés Erik Marchelie (1957), para violonchelo y guitarra en la que cada instrumento podría representar a uno de los personajes; música complementaria más que enfrentada, con momentos atractivos como el episodio de danza y la habanera de la parte central. Muy lírico y apasionado, el chelo es protagonista, aunque los temas se intercambian.

Por último Reflexión de Dulcinea, para viola y guitarra, del costarricense Marvin Camacho (1966), es la página más reciente (compuesta en 2012); en ella nos parece que la reflexión es más dramática que meditativa, curiosos los efectos de la guitarra.

La interpretación del guitarrista italiano Giuliano Belotti (Bérgamo, 1974), poseedor de una técnica excelente, extraordinariamente limpia y con un sonido lleno y cálido.

Todo el disco ha sido objeto de una cuidada elaboración. No sólo en el sonido, lo cual es normal, sino en la presentación, con unas interesantes notas musicológicas de Germán Labrador, una reflexión sobre la música, la guitarra, la palabra y el corazón, de José Luis Mora y un tercer escrito justificativo de Begoña Lolo. Además, la portada reproduce el óleo de Luz María Solloa “Carta a Dulcinea”, perteneciente al Museo Iconográfico del Quijote de Guanajuato, México.

El único pero que podemos ponerle es su duración: t56 minutos. ¿No podría haberse incluido alguna otra obra guitarrística y quijotesca?.

José Prieto Marugán