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sábado, 18 de mayo de 2013

MARÍA LEJÁRRAGA. Música emocional. Música recobrada.



Canciones de R. Jurado, M. de Falla, J. Bautista, M. Rodrigo, V. Lleó, J.M. Usandizaga y J. Turina.
Joaquín Pixán, tenor. María Zapata, soprano. Rosa Torres Pardo y Noelia Rodilos, piano. CD (Andante Producciones Culturales)


María Lejárraga (1874-1974) es, probablemente, la escritora teatral femenina española más importante del siglo XX, aunque, como es sabido, sus obras aparecieron firmadas por su marido, Gregorio Martínez Sierra.  Entre ellas destacan los guiones de Noches en los jardines de España, El amor brujo y El sombrero de tres picos, de Falla, la ópera Las golondrinas de Usandizaga,  zarzuelas de Giménez y Calleja (La suerte de Isabelita),  Lleó (La república del amor) y Turina (Margot, Jardín de Oriente, Navidad).


María, además, fue una mujer muy comprometida con las actividades políticas y sociales. Diputada por Granada en 1933, vicepresidenta de la Comisión de Instrucción Pública, feminista convencida y activa y siempre comprometida en la defensa de los intereses sociales de las mujeres y los desfavorecidos.


Casi una hora de variada música contiene el CD que tiene a María Lejárraga como protagonista directo.

La primera obra, firmada por la compositora cordobesa Raquel Jurado, utiliza un texto de Juan Ramón Jiménez dedicado a la escritora riojana, amiga también del poeta. A María que se ríe sobre una rosa mustia, escrita para un acompañamiento infrecuente (violonchelo, cajón flamenco y campana tibetana) alterna la voz recitada con el canto de estilo flamenco, en una amalgama interesante. Quizá a esta composición le cuadrara mejor una voz menos “lírica”, menos “educada”, dada su estilo básico.

El disco presenta la oportunidad de comparar cómo se acercan dos compositores a un mismo texto: Manuel de Falla y su Oración de las madres que tienen a sus hijos en brazos y Julián Bautista y su Villancico de las madres que tienen a sus hijos en brazos. Falla adapta la música al sentido casi trágico del texto y Bautista construye una música menos dramático; parece claro que él ha visto en el texto más un “villancico” que una “oración”. En El  pan de Ronda que sabe a verdad, también de Falla, destaca  la presencia del piano, que es más un colaborador que un acompañante.

Aires y cadencias populares revolotean por encima de las tres canciones que forman Ayes de María Rodrigo. Aire popular de jota, en Tres coplas canté en la noche; el canto contemplativo de un solitario en la noche en Serenita está la noche, y la música andaluza en Volandito va la copla.

Los ejemplos zarzueleros resultan muy interesantes porque prácticamente son únicos en el mundo discográfico. El Dúo de Lucía y Fernando, de La Tirana (Lleó), es una página de fuste, dramática y elegante al tiempo, que requiere degustarlo más de una vez. El diálogo de Tamar y Adrián, de La llama (Usandizaga) es muy exigente para los dos protagonistas y el Aria del sultán, de Jardín de Oriente (Turina), resulta una música con cierto carácter narrativo, que es posible que funcione mejor en escena que en la más fría audición de un disco.

El plato fuerte del CD son, sin duda, las Siete canciones populares españolas, de las que María Lejárraga dijo ser autora. La mayoría de estas canciones han sido interpretadas, y grabadas, por mujeres, pero nada pierden en una voz masculina si esta es capaz de resolver las dificultades, de solventar los complicados melismas aflamencados de alguna de ella, y de darles la expresividad que requieren.

Joaquín Pixán, tenor ovetense, luce una voz metálica y brillante en el registro agudo (exigidos en la obra de Rodrigo); poderosa en volumen, perfecta de entonación. Una voz hecha que nos ha gustado, especialmente, en las Canciones fallescas no ya por la presencia de características exigibles a un cantante (afinación, registro, expresión artística …) sino por la excelente resolución de los complicados melismas que Falla escribió, difíciles de conseguir para muchas voces “educadas”, con claridad y limpieza, como es el caso.

María Zapata es poseedora de una voz de soprano lírica, potente y bien timbrada. Luce, como su compañero,  una buena dicción lo cual facilita mucho la comprensión de los textos que, en este caso, son muy atractivos.

El Libro-CD está bien presentado y contiene notas muy interesantes y aclaratorias, redactadas por Mª Luz González Peña que, en 2009 publicó un documentado libro sobre la escritora (Música y músicos en la vida de María Lejárraga. Instituto de Estudios Riojanos).


José Prieto Marugán

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